Manzanares a hombros en Madrid. Foto Juan Pelegrín en www.las-ventas.com
Pues eso, que nos quiten lo bailao. Yo voy a romper una lanza en favor de Manzanares después de las muchas críticas que he leído hoy acerca de su salida a hombros ayer en Madrid. Puedo estar de acuerdo en que la faena fue de más a menos, que quizá no fue todo lo completa que debió ser para triunfar en Madrid. Que no pudimos ver al toro por la izquierda, ya que era imposible. Pero la faena, con una buena estocada sin más hubiera sido de oreja, y no me lo podéis negar.
El tema es que no fue una buena estocada... ¡Fue un estoconazo! De esos que ya no se ven, recibiendo señores, en los medios, no recuerdo así a nadie desde hace mucho tiempo. Estarán de acuerdo los asiduos a Las Ventas que en muchas ocasiones, con una faena regular, regulera y una buena estocada, en Madrid se han cortado decenas de orejas, pues la suya, su estocada, merecía un oreja, merecía una oreja aunque no le hubiera dado un mal pase al Cuvillo.
Los toros, la fiesta, la tauromaquia es un compendio de emociones, sentimientos y pasiones y no creo que cerca de las 20.000 personas que allí pedimos las orejas, estemos equivocados. La Puerta Grande forma parte de esa emoción, de esos sentimientos que puedes sentir en un coso y Manzanares ayer consiguió trasmitirlos, desprendió un aura mágico que envolvió a los allí presentes, que nadie, por mucho que hoy se haya dicho, nos podrá quitar.
Un apunte de rigor: La tarde estaba venida a menos, y JoseMari la levantó, se llevó un volteretón cuando la gente se estaba desenganchando y la gente, la mayoría -excepto el 7- vio entrega, pasión y humildad en Manzanares.
(Por cierto, lo del 7 cada día me da más vergüenza, ayer desde que el primero asomó las orejas, palmas pidiendo el cambio, pañuelos verdes, mofas, silbidos -hasta silbatos llevaban-, lo próximo bocinas de gas de los puestos del Bernabeu o Vuvuzelas del mundial, una cosa es ser exigente, y otra tener respeto y educación).
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